Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

jueves, 12 de marzo de 2015

La Azotea de Javier Pipó en Diario "Córdoba"

Artículo publicado hoy, día 12 de marzo

LA ESPERA

Pues solo diez días se cuentan para disfrutar de la en otro tiempo considerada fiesta de la democracia y que hoy nos aliviaría saber que esa fecha no sea la que marque a bombo y platillo el fin de fiesta. Desde luego la presunción de resultados de las inmediatas elecciones andaluzas señala un vuelco histórico, pero no hacia el progreso sino hacia la aventura de lo tenebroso.
 
En esta columna del pasado 29 de enero no salíamos del asombro provocado por la precipitada convocatoria. Resultaba difícil encontrar motivaciones de interés general en la decisión de la Presidenta. Si acaso, una determinación de corto alcance cuando no razones de ambición personal de imperdonable torpeza.
 
De manera que innecesaria y precipitadamente se convoca conocer la opinión de los ciudadanos por un poder carente de criterio hasta sobre su propio programa, así como de valentía y coraje para hacer frente decidido, contundente e irreversible a la corrupción institucionalizada. Sistema generado durante más de treinta años de control público excesivo, envolvente, total, que se supo mantener mediante la dependencia exterior, la propaganda, el subsidio y la utopía permanente. Y esa falta de decisión de luchar contra la propia corrupción, llevó a identificarla con el sistema institucional vigente, hasta extender la creencia ya generalizada de que convivir con lo corrompido es normalidad cotidiana, civilizada. Y claro, resulta imposible reconocer el fracaso político total en conseguir el avance económico y el desarrollo social y educativo paralelo a otros territorios europeos y nacionales. Porque aquella negra causa trae este efecto perverso.
 
Produce especial irritación que a estas alturas se pretenda combatir la corrupción con la creación de un organismo como la Oficina Antifraude o bobada similar. Porque hemos asistido, sin reacción alguna, al desmantelamiento sistemático hasta la vanalidad de los órganos de control interno como la Intervención, en el ámbito de legalidad económica, financiera y contable o la Inspección General de Servicios en el de legalidad general. Se ha politizado hasta la náusea ese órgano parlamentario denominado Cámara de Cuentas, vegetando entre lo costoso e inútil. Y no digamos el espectáculo circense de las comisiones parlamentarias, preguntas, interpelaciones o mociones en este terreno esencial del control del ejecutivo en el gasto público, en su legalidad, eficacia y eficiencia. Hemos resistido una Ley General de Hacienda Pública vigente desde 1983 pero modificada más de veinte veces, hasta llegar al Texto Refundido de 2010, cambiado hasta el momento en otras nueve ocasiones. Un galimatías que cuando menos deja la legalidad en el terreno de la inseguridad jurídica por donde husmean avispados cazasubvenciones o tuercebotas creadores de fantasías contables, cuando no de chusca ingeniería financiera. Pero ningún cancerbero del poder encontró momento para crear un Cuerpo de Intervención propio, pero sí 125 entes de Administración sumergida.
 
¿Cuál es pues el balance presentado ante unos ciudadanos rendidos a los encantos del Estado-Providencia? Tan escaso como enormes los hándicaps sembrados al futuro de Andalucía, que vive como otras varias comunidades un sueño imposible en su estructura actual y que ojalá desconozcan las siguientes generaciones. Ya me dirán la consistencia de una organización casi estatal que necesita para subsistir los medios financieros proporcionados por la llamada solidaridad europea o más eufemísticamente interterritorial. ¿De qué autonomía hablamos? Pues de la autonomía dependiente, de la precariedad de los recursos propios y del mayor paro del continente europeo.
 
Ya ven, del FLA, Andalucía ha recibido casi 11.500 millones en tres años, más otros 5.000 para pago de proveedores y otros 3.000 que recibirá este año del que llamarán de Facilidad Financiera o algo así. Es decir, gaste lo que pueda y finánciese a coste cero. Otro chollomontoro demostrativo de la ausencia de voluntad para replantear la estructura del Estado y dotarlo institucionalmente de lo que es y no de lo que aparenta. Pero ni siquiera quieren modificar el disparatado sistema de financiación, en una apuesta suicida por esperar la propuesta constituyente de los que vienen.
 
Y mientras, veremos desenvolverse Andalucia con una población ocupada de solo 2,7 millones, como en 2003; casi 1.400.000 parados; más de un millón de jubilados y casi 600.000 asalariados del sector público. Quedamos a la espera de que la genial convocatoria nos conduzca nuevamente a la situación anterior. Al pacto de progreso. Pero con la satisfacción de ser los primeros al menos, en introducir en gobiernos democráticos el virus liberticida del populismo, eso que con eufonía Touraine calificaba como tentativa de control antielitista del cambio social. Pues eso, me quedo con Heidegger y su disposición fundamental ante la nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario