PEOPLE IN PROGRESS
Pues ante los andaluces Susana dice lo primero que se le ocurre y
consigue aplauso bastante unánime. Parece como si no necesitara siquiera
justificación razonada o razonable. Increíble pero posible y real. Viene a
decir con cara de estadista por correspondencia, que Andalucia es lo primero y
por Andalucia estoy dispuesta a llegar hasta el final, hasta la Presidencia del
Gobierno de España y casi todos entienden que es Andalucía lo que le duele.
Pues que bien, porque ya me dirán la necesidad de elecciones en
Andalucía más de un año antes de lo necesario, cuando coincidirán en periodo
trepidante, con las de trece Comunidades; más de ocho mil Ayuntamientos y no se
cuantas Diputaciones; las también anticipadas catalanas y su enorme carga de
conflictividad constitucional y finalmente con las Generales, a cara de perro
con los enemigos del sistema que con algo de mala suerte nos llevaran a la
igualdad en la pobreza general. Y por no hablar del tiempo trascendente para
Europa, con elecciones similares en Grecia y las británicas de primavera, con
probable susto de muerte al sueño de los Padres de la Unión.
¿Y cuál es el objetivo de los comicios a punto de anunciarse? Pues
la necesidad de que se pronuncie el pueblo andaluz ante la falta de gobernabilidad
y la desaparición espontánea de confianza necesaria en los socios de gobierno a
los que se entregó a precio de saldo, la Vicepresidencia y tres importantes
Consejerías. Es decir, ninguno de los apuntados. Bueno sí, el regate en corto,
la política de servicio doméstico, la huída hacia delante, la ambición personal
de una lideresa muy despierta, usuaria aventajada del maquiavelimo doctrinario,
capaz de quedar felizmente encinta en el mejor momento de su carrera política.
Si maneja encuestas favorables y observa huecos en el apretado calendario
electoral, pone en marcha su guardia de corps dirigida por una ansiedad
legítima pero excesiva.
¿Y qué beneficio obtiene Andalucia del referido adelanto
electoral? Ninguno y si muchos riesgos. Hombre el principal es precisamente la
ingobernabilidad que se predica preservar. Sería el previsible resultado y por
otro lado y como consecuencia, la continuidad en el estancamiento económico que
azota sus últimos treinta años de historia democrática. Una suerte la de este
pueblo, parecido en tantas cosas al griego.
Ciertamente el candidato de su Partido a la Presidencia del
Gobierno de España no parece un estadista descollante, pero ya va reponiéndose
de aquellas primeras semanas en que una bobada sucedía a otra, en espiral que
provocaba la preocupación de las cancillerías europeas y de los sectores
sensatos de su propio Partido. El mismo que lo designó hace pocos meses. Ahora,
hoy, el esfuerzo le recompensa y sus enormes lagunas parece las va cubriendo
con algo mas que vaguedades e improvisaciones de aprendiz inmaduro y en
consecuencia vulnerable. Es verdad, que Susana tiene un sentido de Estado más
acendrado que el tal Sánchez y desde luego de su unidad y de la soberanía
constitucionalmente protegida. Pero poco más y si lo desestabiliza o interrumpe
su aprendizaje, nosotros perderemos una gobernanta vaporosa y España recordaría
pasajes completos del mejor zapaterismo. Porque ¿Qué aportaría Susana a la
gobernación de España si ella pertenece a una saga de políticos que se suceden generación tras
otra en una Andalucía sumida en la desesperanza? ¿Cuál es su patrimonio
político?
Miren, en 24 años, el PIB de Andalucía ha pasado de representar el
10,8% del nacional, a suponer el 11,5%. Y lo mismo su distribución personal que
en idéntico periodo de tiempo no ha logrado superar el 64,5% del nacional. Pues
ya me dirán el éxito de una concepción política, de una manera de gobernar, de
una ideología perdida en el barullo. Y eso sin hablar de la gigantesca ayuda
europea que ya hubieran querido para sí las naciones arrasadas por la II GM,
generosamente ayudadas por los norteamericanos y su Plan Marshall. O de la
solidaridad del resto de España, también de los catalanes. Y tampoco hablaremos
de la endiablada tela de araña de intereses y corrupción gigantesca tejida
concienzudamente y que será imposible diluir si no es con tiempo de
generaciones, valentía y decisión y leyes temibles y que se cumplan.
Un dato final que señalaría tarea inmensa para Susana, aquí en el
Sur, sin necesidad de salto apasionante alguno. Hace quince años el Presupuesto
de la Junta era de casi 16.500 millones de euros y contemplaba nueve Organismos
Autónomos y quince empresas públicas. Hoy, el Presupuesto alcanza más de 29.500
millones – llegó a tener más de 32.000 – y alimenta 125 entes, entre empresas,
agencias, fundaciones y otras mamelas inútiles e insostenibles. Claro y casi
millón y medio de parados y una pobreza tan visible como imposible.
El resultado de las elecciones previsiblemente será el triunfo mayoritario
de la izquierda, pero mutada, porque Podemos casi fagocitará a IU y Susana se
encontrará con panorama aún peor que el que dice intentar resolver. Porque
¿quién le aseguró la mayoría absoluta, algún arriola? ¿O le da lo mismo, que le
da igual? Muchos también nos preguntamos donde está Bonilla o Moreno o como
se llame ¿Dónde está el PP?
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