Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

jueves, 7 de febrero de 2013


LA AZOTEA
Publicado en el Diario Córdoba el 7 de Febrero 2013

LA SALIDA
Javier Pipó Jaldo
http://elblogdejavierpipo.blogspot.com

Dice el ilustre Valderas, es igual cuando, que su partido es un intelectual colectivo que está por encima de los elementos humanos. Pero, ¿dónde están nuestros intelectuales en esta hora crucial de la historia de España en que la ocurrencia vaporosa sustituye al pensamiento? Parece que vegetando, amparados por el manto devastador de la nómina.

En 1913, tránsito a la generacion del 14, se homenajea a Azorin y se glosan los 47 consejos que dejó escritos en El Político. Uno de ellos en su simpleza, es todo un tratado comparado con la seudofrase boba de Valderas: evitar el escándalo porque es el mayor enemigo del político y de los hombres de bien.

Nuestra débil democracia está zarandeada por mil escándalos que la hacen irreconocible a los ojos de la gente de bien y de la generación que la vio nacer. Generación, dotada de principios morales y valores cívicos que con Montesquieu, ama la democracia, las res pública y la igualdad. Pero estos que nos gobiernan y los que se oponen, apenas tienen creencias, ni reconocen valores o límite entre lo público y lo privado. No respetan los derechos de la nación ni de sus ciudadanos. Nos saquean, nos engañan, nos maltratan.

La democracia, como la libertad, es un cultivo delicado, frágil, que germina solo en el corazón de ciudadanos que han alcanzado el más alto grado de convivencia civilizada. Pero hay que conservarla cada día y defenderla.   

Decía Maquiavelo en su Discurso a Tito Livio, que hay tres gobiernos buenos y tres malos que nacen de la corrupción de los primeros. La monarquía, que degenera en despotismo, la aristocracia, en oligarquía y la democracia en anarquía. Sin embargo, para el insignificante Mas, la corrupción perjudica la transición nacional.

Estos insensatos convirtieron el país en inmensa Tangentópolis, pero el juez más audaz es Garzón. Ya ven.

Antes de echarlos, debemos conocer la salida.  

 

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