Artículo que será publicado en el Diario Ultima Hora de
Palma, el próximo sábado día 16 de Mayo
OCULTAR LA TRAGEDIA
Julián Delgado. Escritor
España
padece un enorme problema sanitario que nos ha dejado una sociedad improductiva
y un país convertido en fosa común. El problema sanitario ha derivado en
problema económico y este se ha visto agravado por niveles de déficit y deuda
injustificables, sin margen de maniobra fiscal, que podrían abocarnos a un
rescate. Y un problema político que tiene su origen en el 11-M, que llevó al
poder a ZP, un bobo solemne y peligroso que arrastró al socialismo a abandonar
las posiciones socialdemócratas y la lealtad constitucional del 78, para
deslizarse hacia la extrema izquierda y reabrir la zanja entre las dos Españas.
Sánchez ha recogido ese legado y ha acabado formando gobierno con el comunismo,
en una fusión ideológica que solo presenta fisuras en ocasionales enfrentamientos
por el reparto del poder.
El
gobierno necesita ocultar que fue su temeridad al autorizar e impulsar las
marchas ideológicas del 8-M, lo que ha llevado a España a ser líder mundial en
defunciones. Y para esa labor de ocultación ha centrado su acción en la
manipulación y la propaganda. Sin el menor pudor, ha controlado los medios de
comunicación, premiándolos con generosas subvenciones, para no dejar que nos
asomemos a la tragedia, a los tanatorios atestados de féretros, a los ancianos
hacinados, asfixiándose y abandonados, a los sanitarios desbordados con su
precaria protección, a los datos reales, a las compras fraudulentas de material
sanitario. Han evitado los funerales, incluso la foto de autoridades visitando
un hospital. Nos han tratado como a niños a los que se oculta la muerte del
abuelo para protegerlos, pero en este caso se protegen a ellos mismos. Su
objetivo es borrar su culpa, que la sociedad obedezca, opte por la seguridad
que le ofrece el César en perjuicio de su libertad y renuncie al espíritu
crítico. El medio es usar el miedo a la pandemia para atemorizarla y la
propaganda para confundirla.
La
crisis sanitaria la ha dejado a la improvisación, la ha afrontado como una oportunidad
para recortar libertades, promover una economía nacionalizada, poner sordina al
Parlamento, gobernar por decretos y órdenes ministeriales, extender la opacidad
sobre sus chapuzas y apesebrar a una legión de altos cargos.
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