Artículo que será publicado, el próximo sábado día 24, por el Diario ULTIMA HORA de Palma
DOS
FALACIAS
Julián
Delgado. Escritor
Un buen amigo, apesadumbrado por los negros
nubarrones que forman una Alemania al borde de la recesión, la
inestabilidad política, los preocupantes datos de las constantes vitales
de nuestra economía y la amenaza del Brexit, amigo que lleva perdido
el 75% de su inversión en bolsa, temeroso a su vez de que la quiebra de la
SS le reduzca su pensión, lleno de incertidumbre y miedo, ese sentimiento
que hace sufrir tanto al hombre, no me preguntó sobre nada de esto,
sino que me pidió opinión sobre cómo se iba a resolver el
desafío de Torra. Priorizó lo esencial, lo
existencial, dejando a un lado la coyuntura.
No estoy muy seguro de si mi
respuesta reflejaba mi opinión o expresaba aquello que, abstrayéndome
de mi subjetividad y aplicando la lógica, creo que ocurrirá: que el tiempo
va a acabar evidenciando las dos grandes mentiras del Procés. La
primera es su misma excusa: la opresión que el Estado ejerce sobre
Cataluña, la asfixia económica a la que la somete, la dificultad
de conservar y preservar la cultura y la lengua propias y las trabas
para ejercer un amplio autogobierno.
No hay opresión porque España es un país moderno y
democrático que carece de visión uniformadora; por
el contrario, respeta y protege la diversidad. Así, Cataluña
disfruta de un grado de autogobierno político y
económico que está por encima de lo que es normal en
un Estado federal. Esa opresión es una falsa excusa para ocultar la
pretensión del nacionalismo de crear un marco mental homogéneo
de purismo cultural excluyente, una asimilación forzosa a una
religión laica a la que someter a los feligreses.
La autodeterminación, perseguida desde hace tiempo
por una élite, hunde sus raíces en el egoísmo: creer que una parte puede
vivir mejor si se desprende del todo. Y, aún más, si esa misma élite
pretende seguir administrando el cortijo sin temor a una justicia
independiente.
La otra falacia es que si un porcentaje alto se quiere
independizar hay que buscar soluciones políticas para resolver el conflicto. O
sea, si un día dos millones de españoles exigen que se condene a
los homosexuales a penas de cárcel ¿deberemos buscar una solución política
para consentirlo? No se puede engañar a tanta gente durante mucho
tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario