Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

jueves, 18 de abril de 2019

LA OPINIÓN DE JULIÁN DELGADO


Artículo de Julián Delgado que será publicado en el Diario Ultima Hora de Palma el próximo 20 de Abril
 LA NACIÓN HERIDA
Julián Delgado. Escritor
                            
Casi sin darnos cuenta, durante estos últimos cuarenta años, se ha venido minando la propia existencia de la Nación española. Sus enemigos, que han ido creciendo con el paso del tiempo, pensaron que enfrentarse al Estado era poco menos que misión imposible, pero que resquebrajar la nación contando con el poder regional y tiempo, era cuestión factible. Una vez cuarteada ésta, bastaría un pequeño empujón y el Estado se vendría abajo.
España es una vieja nación que hunde sus raíces en la Hispania de Estrabón y la Iberia de los griegos.  Constituye  una sociedad que es universalmente reconocida y se reconoce en una historia y una cultura común, a la vez que lo hace en una diversidad compartida de lenguas, valores, costumbres, ritos y símbolos. Ese destino en común se transmitió a lo largo de los siglos, de generación en generación por la familia, la sociedad, los libros, la escuela..., que integraban a los jóvenes en esos valores.
Pues bien, en el periodo al que nos referimos, en algunas CCAA con amplísimas competencias, los secesionistas han utilizado esas competencias para todo lo contrario: borrar o manipular la historia de España y su cultura, para sustituirlas por un memorial de agravios y una historia inventada de la propia comunidad. De subrayar la historia común se ha pasado a negar su existencia y a inventar o magnificar toda clase de diferencias fomentando el odio contra España. También en los medios de comunicación se ha repetido esta labor de desprestigio y odio a todo lo español.

A esta negación y desprestigio de la Nación se ha sumado la izquierda radical que, enarbolando la vieja leyenda negra y la de nuevo cuño, ambas falsas, pretende erosionar la autoestima colectiva y denigrar la conciencia nacional. Mientras, el egoísmo y la cortedad de miras de los partidos de ámbito nacional les han impedido enfrentarse de forma rotunda a esos ataques.

España atraviesa hoy un grave momento de su historia. El 28-A se va a decidir en parte la subsistencia de esta vieja gran nación que, en democracia, ha sabido dar un salto de gigante y ha entrado en el club de los países más desarrollados. Pero, como dijo Octavio Paz, la ceguera biológica impide ver, y la ceguera ideológica impide pensar.



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