Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

jueves, 4 de abril de 2019

LA OPINIÓN DE JULIÁN DELGADO


Articulo que será publicado el sábado día 6 de Abril en el Diario Ultima Hora de Palma

 

La Impostura

Julián Delgado. Escritor

        

Las declaraciones de Iceta acerca de que si en diez años el 65% de los catalanes fueran partidarios de la independencia, el Estado tendría que convocar un referéndum, aunque hayan salido de la boca del líder socialista catalán, son del ventrílocuo Sánchez, a quien sus asesores le han prohibido hablar de Cataluña durante la campaña.

No es la primera vez que se utiliza esa garganta profunda, ya lo hizo Sánchez para lanzar la idea del indulto y la figura del relator, las tres tratadas en la reunión de Pedralbes, según afirma la Generalitat. Iceta pone en evidencia la impostura de un presidente envuelto en banderas españolas, pero que ha asumido el marco mental de los llamados soberanistas, cuyo objetivo declarado es la independencia.

Sánchez es el continuador de una política que inició Zapatero con dos objetivos básicos: expulsar a la derecha del espacio político, que se inició con el pacto del Tinell, para perpetuar en el poder al Partido socialista, y permitir que aquellos territorios que lo deseen, constituyan su propio Estado. Porque si hoy el foco está puesto en Cataluña, no olvidemos que el País Vasco está en lista de espera y cuenta con la incorporación de Navarra, y es probable que, abierta la espita, otras regiones seguirían el camino.

El muñidor del proyecto fue el PSC, al que Zapatero pagaba la factura de que fuera Maragall el que le aupara a la Secretaría General del partido, y Sánchez e Iceta se sirven el uno del otro para continuar esa estrategia.

Zapatero alcanzó grandes conquistas en este terreno, pese a que tenía buena parte del partido en su contra. Sánchez, maestro del oportunismo, además de tener menos escrúpulos que aquél, ha anulado cualquier atisbo de oposición interior.

Hoy, del PSOE defensor de la Constitución y con sentido de Estado no queda ni rastro. El PSOE de González le habría dicho a Torra que su Procés no tenía cabida en nuestro ordenamiento jurídico y, con el apoyo de los partidos de centroderecha, hubiera trazado políticas para que se implantara en Cataluña una educación sin odio y sin mentiras y se favoreciera la existencia de medios de comunicación libres y plurales. En esas condiciones, los porcentajes de apoyo a la secesión irían disminuyendo.





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