Artículo que será publicado en el
diario “Ultima Hora” de Mallorca, el próximo sábado día 29 de diciembre
El
Chantaje
Julián Delgado. Escritor
El nuevo rico de la política que es Sánchez fue a Barcelona a recibir la
lista de deberes que Torra le imponía: los 21 puntos que ahora han salido a la
luz, entre ellos el referéndum. Un chantaje en toda regla, una burla al Estado
de Derecho y una deslealtad de Sánchez al ocultarlo a los españoles. Y a
someterse a las indignas condiciones que le imponían; todo, con tal de contar
con el apoyo parlamentario de los que ponen al Rey en la diana, desprecian a
España y desdeñan la Constitución.
Demuestra el líder separatista su desconexión de la realidad, su cinismo
mayúsculo, su falta de pudor por no decir de vergüenza. Dice que hay que
desfranquizar España, como si ésta fuera Corea del Norte, y lo exige desde el
racismo más primitivo, desde el fanatismo más cerril. Cuando indica que hay que
aislar al fascismo, se lo debería aplicar a él mismo, que mantiene una jauría
de grupos antisistema y de ultraizquierda, a los que alienta. El remate
grotesco está en su llamada a los españoles a la regeneración democrática y a
la ética política. Ha estado sublime, siendo Cataluña la Comunidad Autónoma con
la corrupción más arraigada; ahí están la familia Pujol, la madre superiora, el vástago y su partido condenados por
corrupción y éste, además, embargado. Al día siguiente, ya levitando, fue capaz
de afirmar que en Cataluña no se ha roto la convivencia. Después, infló la
papada y sonrió orgulloso.
Sánchez está madurando la forma de amañar una consulta que formalmente no
rompa con la legislación vigente, en la
que se pregunte, por ejemplo, si se prefiere mantener el actual Estatut o reformarlo en la dirección del recortado por el TS
en 2010. Los independentistas votarían en blanco y en función del resultado se
propondría una reforma constitucional a medida.
Otro punto es el de la amnistía de los presos. El indulto les obligaría a
manifestar antes su arrepentimiento, lo que les inhabilitaría ante los suyos
para poder seguir en política.
En fin, Sánchez está dispuesto a abrir España en canal y ha roto el
consenso constitucional con una política entreguista indigna de un presidente
del Gobierno.
A buen seguro que la Nación sabrá responder antes de que sea tarde.
Democráticamente, claro.
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