Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

lunes, 17 de diciembre de 2018

LA OPINIÓN DE JAVIER PIPÓ


La AZOTEA

LAVILLA
17 de Diciembre 2018


He leído una entrevista periodística con Landelino Lavilla que inevitablemente agolpa en mi memoria muchos recuerdos vividos o mejor, compartidos, en mi Jaén natal, con tantos jóvenes de los ochenta del pasado siglo, en los albores de la Constitución de 1978. Tantos que, como yo, tuvimos el privilegio de conocer, tratar y aprender del insigne catalán de Lérida, memoria viva de la Transición; esencia pura del centrismo político, portador de valores y principios perennes de convivencia, democracia y libertad; funcionario íntegro, del más alto nivel y preparación jurídica, con sesenta años de servicio público. El político vivo que mejor conoce los secretos compartidos y comulgados con Suarez, al que inspiró y en gran parte redactó o corrigió, el ordenamiento jurídico que pudo asentar una democracia moderna sobre los pilares de un texto constitucional de vanguardia. Y que soportó con dignidad la pistola indigna de Tejero, tan cerca de su prodigiosa cabeza, cuando presidía la solemne sesión de investidura presidencial, ceremonial odioso para los enemigos de la libertad que hacen guardia siniestra en una y otra puerta extrema del sistema.     

Y resulta especialmente oportuno referirse a ello, ahora que su Cataluña amada aparece dividida y soliviantada por el nacionalismo reaccionario, aliado al comunismo casposo y cavernícola de Iglesias, en continua ebullición y disfrazado de confluencias varias pero no variadas, capaz como se ve de conducirla a una escisión definitiva de España. Como pronto en el Pais Vasco o, en los otros territorios de Baleares o Valencia, donde el mismo nacionalismo tóxico se funde en alianza suicida con falsos socialistas y serviciales tontos útiles al servicio de una causa canallesca. Esa Cataluña de donde hace años desapareció el Estado y donde la educación, cedida cobarde y traidoramente, es semilla de odio, mentira y manipulación para gestar, como en el resto de la Nación, resentimiento social, radicalidad y división, fase previa a una situación prerrevolucionaria.

 ¿Y entonces que hacer en Cataluña? ¿Qué hará el Estado frente a un golpe que no termina de cuajar, pero tampoco de fracasar? Pues dialogar a través del Gobierno. ¿Y el diálogo girará sobre las condiciones de rendición del Estado o de la Generalidad? Pues no se sabe, pero sí que allá se encamina el Gobierno de la Nación, con el miedo en el cuerpo y con ejército de protección para defender la integridad física que no moral de sus mediocres miembros y miembras. Y frente a la propuesta de diálogo del seminazi Torra, de soberanismo, presos golpistas y su indulto, y regreso impune para los huidos, el portentoso y lumbreras estadista que figura al frente del Gobierno español, socio legítimo de la UE, propone precariedad laboral, desigualdad, paro y lucha contra el machismo o algo así. Un prodigio. De manera, que si el diálogo disuasorio se asegura como parece, seguramente hablaran de lo que puedan o de lo que imponga el seminazi. Y ya verán como el litigio de tres siglos podrá resolverse en menos de tres horas. Aunque más bien creo, el proceso continuará, dirigido por fanáticos totalitarios; la educación no cesará en continuar formando generaciones de odio, manipulación y dogmatismo, hasta lingüístico; el modelo de sociedad cambiará; los Mozos de Escuadra seguirán al servicio del golpismo; la economía se estancará o retrocederá, como en el resto de la Europa sectaria del Sur; Pujol seguirá impune y la deuda de Cataluña con el Estado habrá llegado a los 90.000 millones de euros, entre los que cientos de ellos sirvieron para financiar el alocado proceso.

Por eso, Lavilla habla de que en modo alguno el 23F tuvo la hondura del golpe catalán, coincidiendo también en eso con la más brillante intelectual española del siglo XX, Carmen Iglesias, mi inolvidable maestra a la que tanto debo en mis lecturas sobre la Ilustración. Pero ellos pertenecen ya a un mundo pasado y desaparecido, el mundo de la Razón y el pensamiento ilustrado. Ahora abunda el bobo de Estado que subido al Falcon es capaz de sufrir mal de altura de manera irreversible. Ahí tienen al inefable y gigantesco Zapatero diciendo hace cuarenta y ocho horas: “Me hago la pregunta de que pasaría en España si no existiera el PSOE como partido moderador” ¿Habrá sido él, el mandante de Sancheiglesias en la genialidad del día 21? ¡Ay maestro Lavilla! ¿dónde habrá quedado tanto esfuerzo de concordia y entendimiento? ¿qué queda de ese centrismo atractivo y atrayente? ¿cuál es el futuro de la hermosa Constitución de 1978 por la que tanto reflexionaste, luchaste y comunicaste? En cualquiera de las circunstancias que se dibujan, en nombre propio y de muchos de la mayoría silenciosa doy las gracias a los que como tu, fueron capaces de hacer posible estos cuarenta años de democracia fértil en progreso y libertad. Eso no lo olvidamos. Que Dios te guarde muchos años.         

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