Artículo que será
publicado este próximo sábado, 5 de Noviembre, en el Diario
“Ultima Hora” de
Mallorca
EL CANDIDATO FARSANTE
Julián
Delgado. Escritor
Si, Pedro
Sánchez merece el calificativo de farsante
por su inaudito comportamiento. No le bastó con mantenerse en el cargo
después de haber perforado todos los suelos electorales del partido y haberlo
desubicado de su natural espacio y ufanándose de estar haciendo historia con
esos magros resultados, sino que, además, ha decidido que si ha de morir, sea
matando. Ahora ha dado un espectáculo patético mostrando su mediocridad
intelectual, su vacío ideológico, su mezquindad y su narcisismo que, perturbado
por las ansias de poder, le lleva a considerarse víctima de los poderes
económicos y mediáticos y caudillo de los desfavorecidos.
Resulta
pasmoso que, en un intento desesperado de recuperar la posibilidad de hacer
realidad sus delirios, sea capaz de humillarse ante el principal adversario
político de su partido, pedirle perdón por haberle llamado populista y no
haberse sometido a sus pretensiones. Y eso, después de que Iglesias llamara
traidores a los socialistas, se esforzara en avergonzar a su bancada y
felicitara las intervenciones envenenadas de los independentistas. En especial,
en el caso de Rufián, siempre en su papel de lacayo de la sordidez, tras ese
discurso miserable e ignaro dirigido a socavar al PSOE, que nos transporta a
espacios donde no caben más que el odio, el desprecio a la inteligencia y el
culto a la maldad.
Después
del pacto secreto a voces mediante el que intentaba formar gobierno con
separatistas, que atentan a diario contra la soberanía nacional, y demagogos
populistas, que defienden el derecho a separar, ambos fuera de los límites
constitucionales, se ha quitado la careta y ha afirmado que Cataluña y Euskadi
son naciones, rompiendo así con la línea oficial del PSOE y cuestionando las
bases de nuestro modelo constitucional. Y lo ha hecho con impudencia, a través
de la televisión, llamando a rebato a las bases socialistas para que luchen
codo a codo con los chicos que intentan revivir en la calle y en el Congreso
los años de gloria del Cojo Manteca.
Nadie ha
hecho tanto daño a su partido como Sánchez: tras dejarlo dividido y en su mínima expresión, intenta ahora rematarlo con
una felonía imperdonable. No debe extrañarnos que Iglesias le haya felicitado.
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