Tribuna abierta de opinión

Instituciones,Democracia y Libertad

sábado, 20 de octubre de 2012


OPINIÓN

LA REBELIÓN
Javier Pipó Jaldo
http://elblogdejavierpipo.blogspot.com
20 de Octubre de 2012

Una brevísima reflexión sociológica sobre la actualidad nacional

Parece no resultar novedoso concebir la estructura social como cuerpo organizado de valores normativos que rige la conducta que es común a los individuos y a sus relaciones sociales. De ser así habrá que recordar que ya Freud concebía el orden social como un aparato para la renuncia a los placeres instintivos.

Pero ese orden freudiano se deteriora y produce anomia que Durkhein analizaba y con razón, como situación de falta relativa de normas que crea en el individuo un estado de ánimo que rompe o debilita su sentido de cohesión, principal resorte de la moral social.

Ese aspecto psicológico desaparece en la anomia aguda que desde el punto de vista sociológico se manifiesta como deterioro o desintegración de los sistemas de valores, provocando “angustias pronunciadas”, en expresión de Merton.

En ello estamos, en la anomia aguda que se percibe como unte pegajoso en nuestra piel y que condiciona nuestras vidas. Porque percibimos como los líderes de la comunidad son indiferentes a las necesidades que se padecen, y ellos mismos en actitud que se intuye como suicida, cuando no están en la espuma del poder rechazan los pocos valores vigentes, atentan contra la organización social y sus estructuras culturales y sociales e intentan, con éxito progresivo, cambiar aquéllos por otros nuevos. Consideran irresponsablemente que las normas y metas existentes son arbitrarias y lo arbitrario no puede exigir fidelidad, ni posee legitimidad porque podría ser de otra manera.

Este proceso, no tan lento, nos aboca, nos está abocando a la rebelión social. Pero ojo, conviene distinguir rebelión de resentimiento, que sociológicamente  ya estudió Max Scheler.

El resentimiento es un sentimiento complejo que engloba el odio, la envidia y la hostilidad impotente. Pero aún siendo reprochable no implica cambio de valores como la rebelión. En el resentimiento se condena lo que se anhela en secreto, mientras que en la rebelión se condena el anhelo mismo.

Pero es casi igual en cuanto a su peligrosidad social. Cuando la rebelión está organizada aprovecha el vasto depósito de descontentos y resentidos que progresivamente producen las dislocaciones institucionales. Máxime si se considera que el sistema institucional es una barrera para la satisfacción de objetivos previamente legitimizados y con acusación integral contra los valores vigentes. Es el inicio de la rebelión social.

¿Cómo pasar a la acción política organizada? Pues negando fidelidad a la estructura social vigente y trasladándola a nuevos grupos sociales en posesión de un mito nuevo, cuya función unica y total es situar la fuente de frustraciones en gran escala en ésta estructura  y en señalar otra que supuestamente no dará lugar a frustración.

Pero conviene observar, por último, como históricamente son los individuos de una clase social en ascenso, y no los pertenecientes a estratos humildes o deprimidos, quienes organizan al resentido y al rebelde en grupo revolucionario.
Todo está escrito y la suerte echada. Ojalá no sea así.       

 

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