Artículo que será publicado por el Diario “Ultima Hora”
de Mallorca
LA VELEIDAD DE SÁNCHEZ
Julián
Delgado. Escritor
El apoyo del PSOE al Gobierno frente
al golpe de Estado anunciado por las fuerzas del procés, golpe que pretende cambiar las fronteras del Estado y
destruir el orden constitucional, está tan condicionado, es tan ambiguo y
endeble, pone tan en evidencia las discrepancias con el Gobierno, está tan
envenenado, que puede acabar convirtiéndose en el peor enemigo de Rajoy en este
trance.
Sánchez, para marcar su absoluta discrepancia en la estrategia
política, le exige dialogar con Puigdemont para encauzar la crisis territorial,
como si los sentimientos y las pasiones admitieran un diálogo basado en la razón.
Ante ellos solo cabe la adhesión o el rechazo.
En estas condiciones, cuando los
sediciosos se niegan a cualquier diálogo que no pase por aceptar previamente
sus condiciones, no parece razonable exigirlo ni marcar las discordancias. Lo
que procede hoy es abortar el objetivo separatista, que no es otro que impactar
contra el muro del Estado para
destruirlo o producirle el mayor quebranto posible. Esbozar ahora
propuestas para el 2-O es darles ventajas.
Además, Sánchez ha tomado iniciativas
para ofrecer una respuesta política y negociar con la Generalitat. Improvisa
un paquete de nuevas competencias, inversiones y dinero que,
además de romper con la igualdad de todos los españoles, harían el país
ingobernable. Propone realizar una reforma constitucional hacia el federalismo,
nada más antagónico a los anhelos nacionalistas, pero les concede el derecho a
convocar referéndums vinculantes, que es lo mismo que conceder el derecho a la
secesión. Es aceptar que los separatistas tienen razón por el maltrato recibido
por el Estado.
También es insensata la limitación
que impone Sánchez al oponerse a la aplicación del artículo 155 de la CE, pues
su necesidad dependerá de cómo transcurran los acontecimientos, algo que no
puede prever nadie. Pero esa negativa
previa proporciona ínfulas a los insurrectos y debilita la acción del Gobierno.
Agitando estas propuestas inviables o inútiles, Sánchez quiere aparentar que,
de gobernar él, hubiera resuelto este asunto, y carga a Rajoy con toda la
responsabilidad de lo que pueda pasar.
Taimado y desleal, se convierte en un
grave problema para España.
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